lunes, 21 de diciembre de 2009

El patio común

Cuando muere una ballena, va cayendo al fondo del mar muy lentamente, y tarda un día entero en hacerlo. Los demás peces la ven caer, como si fuera una estatua gigante o un edificio, pero lentamente, muy lentamente.
Centré mi atención en aquel ojo. Trataba de meterme en su interior, de llegar hasta la ballena de verdad, la ballena moribunda, y susurré: No es culpa tuya.
[...]

viernes, 11 de diciembre de 2009

Five Obstructions

Expuesta a todas las perdiciones, ella canta
junto a una niña extraviada que es ella: su amuleto de la buena suerte.

[...]





Qué clase de humano perfecto ha podido gestarse dentro mío…?. Ninguno.
Ni la bondad de mis ojos de perro, ni la sinceridad de mis manos han de ser suficientes. Lastimo a diestra y siniestra.
Y decías haber visto mi luz, pero la sombra y tanto barro, hará que ya no lo recuerdes
uff, verás…
La receta del humano perfecto debería contener:

-un corazón sabio y memorioso
-dos muñecas blancas, afinadas
-un cuchillo con que ahuecar el dolor
-dos ojos, considerablemente abiertos
-no menos de cuatro palabras

El agua limpia lo constituiría y un infaltable adiós llenaría de tristeza sus poros.
Aún así, se erguiría y aprendería a caminar sobre dudas. Encontraría un amigo.
Aprendería a escribir y a enviar cartas lejanas. Crecería, se alquilaría un rincón donde sentarse a ver pasar la vida. Y aprendería a llorar…

Oh esta tristeza que me persigue, esta tristeza que te ha tomado prisionera!

La lluvia de la mañana me castiga trayéndome tu nombre y soy culpable, aunque lo mismo da que no lo sea. Acaso sirve gritar cuando solo nada se detiene a escucharte?
Ah, el egoísmo del ser humano ha infectado al mundo…! No disponemos de los niños suficientes para el antídoto. Ellos son la más pura expresión del auténtico humano y no hacemos más que bastardearlos. La sabia naturaleza se ríe a carcajadas de nuestra torpe ignorancia. La pared sangra de tanto cabezazo.

‘Anda, dibújame un cordero’ (deberías retorcerte de culpa, escuchándolo)
Pena, ten pena de mí.-

Viajo sobre el cuerno de un torito de enero.













Como para ir cerrando el año, en paz sin rencores.
Gracias.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Cornelia

Nunca me miré mucho en el espejo. Me parecía inútil. Es claro que a veces pasaba un peine por mi pelo, pero sin mirarme, pensando en otra cosa. Mi pelo es lo que prefiero de mí misma, porque cambia de color y de posición.
El resto no me interesa demasiado.
[...]