viernes, 18 de septiembre de 2009

Capítulo uno o Visita al verdadero Señor entre señores

-¡Oh! Tengo poco que decir realmente, Harry -respondió el pintor-, y temo que no lo comprenderá usted. Quizás apenas lo crea.
Lord Henry sonrió, e inclinándose arrancó de la hierba una margarita de pétalos rosados, y examinándola:

-Estoy completamente seguro de que lo comprenderé -replicó mirando atentamente el pequeño disco morado de pelusa blanca-, y en cuanto a creer en las cosas, las creo todas con tal de que sean enteramente increíbles.
[...]





ciertamente, por esta razón voy a verte-
À demain Lord Wilde.

3 comentarios:

mujerdeole dijo...

Siempre es bueno visitar a Lord Wilde. Recuerdo hace tres años, en mi útlimo viaje a Paris, fui a su tumba en el cementerio de Père -Lachaise y estuve conmovida un buen rato, no dejé mi beso como otros pero estuve varios minutos contemplando y respirando la calma del lugar. Es muy bello todo allí en ese rincón, parece una paradoja, pero si pensamos en Wilde todo es creíble e increíble al mismo tiempo.
Gracias por las palabras amiga y por permitirme la visita.

curitas dijo...

Volví.
Qué bueno que me hayas dejado este mensaje y mejor aún que hayas podido estar ahí también. Fué increíble, no sé, no tengo palabras.
De hecho, todavía intento acomodar un poco las ideas para regresar un poquito más clara.


Besos,
y gracias a vos.

Diego G. dijo...

Me gusta esto: "y en cuanto a creer en las cosas, las creo todas con tal de que sean enteramente increíbles."

Besos.