o street hassle, de Reed
pero ahora es mi espalda empedrado.
Pasé por delante de un gato negro
que al verme sintió pánico
de la mala suerte que aún pudiera acarrearle.
Doliente, su pata rota
y yo acá tan absurda
como el día después
de la noche de dos amantes.
2 comentarios:
tan absurda
suerte casi no queda
pero de trucos tengo un almacén
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